¿Cómo ser un líder proactivo?
Serge Gros
Gerente de Universo Peluquería
Miembro del Forum Millora Contínua
Empatía. Para ser un líder proactivo hay que saber escuchar, y optimizar las aptitudes de cada uno. Se trata de hacerse entender, no de hacerse temer.
Motivación. La motivación también es esencial para incentivar a los miembros de la empresa, y conseguir así que se cumplan los objetivos.
Compartir. Un líder proactivo no debe aportar todas las soluciones. Es mucho mejor comentarlas con las personas que las hayan encontrado, antes de poder tomar la decisión.
Comunicación. Se debe estar al corriente de los percances que puedan tener los colaboradores en su vida personal, y demostrarles que está a su lado.
Educación. Hay que saber decir "por favor" y "gracias", y no olvidarse de un “piropo” cuando alguien lo merece.
Una organización unida. Es importante prestar la máxima atención y consideración a cada colaborador, sea cual sea su grado y cargo en la empresa.
Firmeza. Un buen líder es exigente, pero no alza la voz.
Predicar con el ejemplo. Hay que invertir en formación impartida en las horas de trabajo, y obligarse antes de obligarles.
Así se consigue una plantilla cuyo valor es un activo para la empresa y cuyo coste no es un gasto sino una inversión
Visión de futuro. Un buen directivo es aquel que no solamente dirige su equipo y trabaja muy bien el día a día, sino aquel que siempre tiene puesta la visión a medio y largo plazo, para saber enfocar las acciones futuras de manera que vayan siempre encaminadas a aquel objetivo previsto a largo plazo. De esta forma será una persona muy útil para la empresa, evitando despistes de gestión y consiguiedo ahorros importantes, pero al mismo tiempo intangibles.
La importancia del equipo. El buen directivo proactivo es capaz de mover a otros compañeros directivos para trabajar a nivel de equipo, y así evitar el exceso de concentración de gestión en la figura del director general; esta buena gestión de equipo, enfocada hacia el objetivo común, hace que no sólo su departamento sea proactivo, sino que pueda llegar a serlo toda la organización.
Algunos riesgos a tener en cuenta. La proactividad también conlleva riesgos; puede ser limitada, coaccionada o frenada por la dirección general que, en algunos casos, puede no compartir los objetivos. En ocasiones simplemente la falta de protagonismo de algún director general puede frenar también esta actitud proactiva.
Proactividad y pragmatismo. Personalmente, me satisface muchísimo contar con personas proactivas en mi equipo; me hacen disfrutar del trabajo; no obstante hay que tener en cuenta que, en este mismo equipo, debe haber tambien personas lo suficientemente pragmáticas para poder dar valor positivo a esta proactividad.
lunes, 30 de enero de 2012
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